La inmersión nos permite
recorrer tanto la proa como la popa porque, a pesar de ser un pecio
inmenso, la profundidad no supera los 15 m. La popa está abierta y hay
acceso al interior, aunque la entrada no es aconsejable porque la parte
emergida se desmorona con facilidad. Sin embargo, nos podemos acercar a
la proa, que está totalmente sumergida a escasos 50 m de distancia. Es
un buceo ideal para principiantes y es el único pecio de Lanzarote que
puede ser visitado también con gafas y tubo. Si la inmersión se realiza
al atardecer, los juegos de luces pueden resultar espectaculares por las
tonalidades que ofrece el metal. |