La inmersión es
muy sencilla, si no hay fuertes corrientes. Descendiendo por el cabo del
ancla se continúa hasta la hélice, que es la parte más profunda. A su
lado se genera una pequeña oquedad donde se refugian grandes sargos que
no dudarán en salir ante nuestra presencia. Continuamos hacia popa
pasando por su rampa, por donde antaño se viraban las redes y que hoy
nos conduce a la bodega. Desde aquí se puede recorrer toda la cubierta
del barco para acabar ascendiendo por la banda de estribor a menos
profundidad. En el exterior del puente todavía se puede observar parte
del nombre del barco. En esta inmersión es fácil ver especies pelágicas,
por lo que tenemos que estar atentos al azul para no desaprovechar la
oportunidad. |